Con nocturnidad y alevosía

Pocas veces he hablado de una de mis pasiones. Sí, ¡una de muchas!
Cuanto más aprendes más te das cuenta de lo poco que sabes. Hay personas que están a años luz de ti en muchos temas y sin embargo, comparten todo lo que saben desinteresadamente. Bueno, se conforman con las rosquillas y empanada de mi señora madre jeje

Mis chicos del grupo "Con nocturnidad y alevosía" ponen a prueba su paciencia(a veces)invitándome a participar en las salidas de fotografía nocturna y hacer un poco de "light painting".

No voy siempre que quiero. A veces la pereza, el frío, un poco de miedo (porque hay lugares que tela marinera) pero sobre todo el volverme sola desde tan lejos, hace que descarte la mayoría de las quedadas.

Cuando pongo esta pega, la gente me anima. 
-"Venga, que nada te pare; pues te vas tu sola ¿qué más da?"
- " ¡Claro! ¡Como tú no tienes que volverte sola por la carretera a las 4 a.m. a casi dos horas de tu casa! 

Ese empeño que tienen todos en que me convierta en una superwoman me encanta. 

Pero bueno,de vez en cuando me dejo caer y, ellos por mí también tratan de acercarse a mi zona.

Algún día encontraré con quien compartir esta afición y la distancia no será un problema.

He aquí el resultado. ;D

Es como... HACER MAGIA.


Palabras de... una princesa.

Siempre Pepe

Éste es uno de esos libro que desearías que te regalasen por ser algo muy muy especial y, que al final, acabas por comprártelo tú misma porque nadie lo hace.

Aquí os dejo un pedacito para que os pique el gusanillo como a mí.

Silencio, principio y final, océano eterno que rasgamos un día con el llanto. Acompañados del grito, espantados del mutismo, entramos en la vida con el escudo del estruendo en la garganta. Y somos, desde entonces, una porción de tiempo y ruido en medio del silencio, un islote de alboroto en medio del océano. Tan solo brevedad. Y a lo largo de ese tiempo nos llegan esquirlas de aquel silencio perdido, pequeñas porciones de eternidad, destellos de la nada a la que un día pertenecimos y que recuerdan también que otra eternidad silente nos aguarda. Quizá por eso esté el silencio tan lleno de misterio, quizá por eso lo anhelemos cuando la vida nos aturde, quizá por eso queramos nadar en él cuando buscamos entendernos. A veces nuestro interior está cerrado a su pureza y tememos su presencia dentro y fuera de nosotros. Y entonces para ahuyentarlo recurrimos al bullicio, también dentro y fuera de nosotros. El silencio siempre habla con la elocuencia ambigua del oráculo, en él habitan los enigmas más antiguos, es la corriente que arrastra los secretos, el pozo del que brotan las palabras, los conceptos. Hay quien huye del silencio y hay quien lo persigue y no lo encuentra. Hay quien tiene oídos para él y hay quien sólo los tiene para el ruido.

Palabras de ... Pepe Viyuela ("El Silenciario").